El 66,84% de los anuncios de juguetes contienen tratamientos sexistas

Es un hecho que las mujeres han recorrido un largo camino desde la desigualdad característica de los cincuenta, sesenta y setenta hasta nuestros días. Sin embargo, paradójicamente, los estantes de muchas tiendas de juguetes reflejan justo lo contrario y en determinados aspectos seguimos anclados en el pasado.

Mientras que los juguetes relacionados con los quehaceres domésticos se asocian a las niñas, a los niños se les anima a jugar con juegos de ciencia, coches y héroes de acción. Muchos fabricantes de juguetes extienden esos criterios a los colores de los juguetes en base al género: azul para los niños y rosa para las niñas.

Este tema ha sido sometido a debate a raíz de la campaña de Let Toys Be Toys, mostrando como en los 50, 60 y 70, los cochecitos de muñecos, accesorios domésticos y hornos de juguete se fabricaban en colores neutros – blancos, rojos y azules-, dirigiéndose a ambos sexos, mientras que hoy la inmensa mayoría son de color rosa.

Estamos viendo en los últimos años cómo cada vez se abusa de una distinción discriminatoria en los juguetes de nuestros hijos, promovidos de acuerdo a estereotipos anticuados y sexistas”, explica Juan Macías, CEO y fundador de deMartina.com, una de las principales jugueterías online de España, con sede en Sevilla. “El problema con los juguetes no son los colores, da igual que un juguete sea rosa o azul, lo importante es que los juguetes no encasillen a la mujer y al hombre en determinadas situaciones y/o profesiones. Un ejemplo es poner a las mujeres en la cocina cuidando los niños y a los hombres en el salón leyendo el periódico o tomando una copa, como se ve reflejado en los productos de Playmobil, Lego y Megabloks. Ese tipo de estereotipos son los que debemos evitar”.

Los juguetes de los 70 y los actuales.

“Let Toys Be Toys” nació el pasado mes de noviembre cuando un grupo de padres y madres se unieron para pedir y luchar porque esta distinción del tipo “para los niños” y “para las niñas” dejara de existir.

Los juguetes deben cumplir tres objetivos claves: divertir, aprender y estimular creativa e intelectualmente a los más pequeños. Son ellos, independientemente de su sexo, los que deben elegir qué juguete prefieren en cada momento.

Pero parece ser que los estereotipos de géneros están cobrando cada vez más fuerza e influencia en el sector del juguete, donde parece que muchos fabricantes se han quedado anclado en la pasada década de los 50.

En la década de los 70, muy pocos juguetes fueron comercializados de forma explícita en función del sexo, y casi el 70% no mostraron ningún tipo de señales relacionadas con el sexo, los fabricantes desafiaron ciertos estereotipos de género publicitando a niñas que construían y a chicos jugando con cocinas y accesorios.

Pero en 1995, la publicidad de género de los juguetes se acercaba de nuevo al estilo de mediados de siglo, como confirmó el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en su “Informe Observatorio de la Publicidad Sexista, de 2003”.

Por ejemplo, Disney tuvo que enfrentarse a la dura reacción de los padres, e inclusive dar marcha atrás, al intentar hacer más sexy a Mérida Brave, aumentando el tamaño de sus ojos, afinando su cintura y moldeándole su cabello.

Personajes como Rainbow Bright, Strawbery Shortcake o los actuales Pin y Pon demuestran cómo este estereotipo ha ido creciendo y fortaleciéndose con el paso de los años; mientras en sus inicios los diseños de estos personajes transmitían una imagen infantil y  sencilla, hoy son muñecas que van maquilladas, son delgadas y poseen piernas kilométricas.

Por todo ello, en deMartina intentamos no tener juguetes sexistas. No tenemos una sección de niñas, no tenemos un filtro para buscar juguetes para niñas y prácticamente no tenemos juguetes orientados a uno u otro sexo. Porque de eso se trata, de evitar distinciones” concluye Juan Macías, CEO y fundador de deMartina.com

 

 

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