El 60% del crecimiento de la economía española entre 2000 y 2010 se debe a la inmigración

Recurso. Figuras hombre y mujer

El 60 por ciento del crecimiento de la economía española durante la primera década del siglo XXI se puede asignar directamente a la inmigración, con una contribución positiva al PIB de 1,2 puntos porcentuales al año, según se desprende del informe “La contribución de la inmigración a la economía española. Evidencias y perspectivas de futuro”, elaborado por la Fundación IDEAS y que ha sido presentado esta semana por Jesús Caldera, ex ministro de Trabajo y máximo responsable del think tank del PSOE, quien estuvo acompañado por Elena Valenciano, secretaria de Política Internacional y Cooperación de la Ejecutiva Federal y portavoz del Comité Electoral.
 
Tal y como ha explicado Caldera, el documento demuestra con datos que “sin la mano de obra inmigrante, la economía española no hubiera crecido a los ritmos alcanzados entre 2000 y 2010, “pues la oferta laboral nativa era insuficiente para cubrir la extraordinaria demanda de empleo generada en dicho periodo”. De hecho, según el informe, coordinado por Reyes Maroto, investigadora senior del área de Economía y Sostenibilidad de la Fundación IDEAS, y enriquecido con las aportaciones de Asunción Candela, investigadora de la Fundación IDEAS, Ramón Mahía y Rafael del Arce, ambos profesores de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid, la aportación inmigrante permitió elevar un 32 por ciento, hasta los 23.000 euros, la renta per cápita.
 
El impacto de la actividad inmigrante ha sido crucial en la contribución al sostenimiento del Estado del Bienestar, pues, según apuntó Caldera, “los datos evidencian que durante el periodo de auge económico los inmigrantes aportaron a las cuentas de la Seguridad Social un beneficio anual de 5.000 millones de euros, lo que equivale al 50% del superávit del sistema, contribuyendo así a retrasar en casi cinco años la entrada en déficit del sistema, garantizado ahora gracias a la reforma impulsada por el Gobierno”.
 
Caldera añadió que, “pese a la crisis, aún hoy, el saldo de población inmigrante al sistema de la Seguridad Social sigue siendo positivo, en alrededor de 3.000 millones”, pues, según explicó el ex ministro de Trabajo, “todavía hoy los extranjeros realizan una contribución directa al empleo cercana al 15%, y el valor añadido generado por estos trabajadores equivale al 10% del Producto Interior Bruto”.
 
Pero no solo en términos económicos ha sido positiva la aportación de la inmigración, sino que, como indicó Caldera, “no podemos obviar que ha dinamizado enormemente el mercado laboral español y nuestra estructura productiva”. Al respecto, apuntó tres efectos indirectos muy importantes. En primer lugar, complementariedad, “pues los inmigrantes no han competido con los nacionales por trabajos, sino por tareas, lo que ha permitido a los nativos ocupar puestos más cualificados, que requerían mejor formación, y, por tanto, mejor remunerados”. En segundo lugar, la llegada de población inmigrante ha favorecido la incorporación de la mujer al mercado laboral, en buena parte porque un sector de los inmigrantes se ha hecho cargo de tareas domésticas, liberando a la mujer nativa, que ha podido cambiar su situación laboral de inactividad a actividad. Finalmente, los trabajadores inmigrantes han facilitado la movilidad ocupacional y geográfica, pues se trata de un colectivo con mejor disposición a la movilidad.
 
De cara al futuro, y dado que el balance de flujos migratorios tiende a cero ya en 2011, Caldera predijo que “ante las perspectivas demográficas de España a medio y largo plazo, y dado que necesitamos obligatoriamente cambiar el modelo productivo hacia uno más sostenible, auguro que necesitaremos nuevas hornadas de población adicional para apoyar la economía sostenible y financiar así los servicios y prestaciones del Estado del Bienestar”.
 
Finalmente, Jesús Caldera mostró su satisfacción porque el Presidente de EE UU, Barack Obama, “vaya a tomar como ejemplo a España en el proceso que quiere abrir para normalizar la situación de personas inmigrantes que carecen de derechos”.
 
Por su parte, la secretaria de Política Internacional y Cooperación, Elena Valenciano, rechazó los “estereotipos negativos que hay en contra de la inmigración, por ejemplo que copan los centros de salud, que acaparan las becas y las ayudas sociales, todo ello falso”. Valenciano recordó que todos “de una manera u otra somos inmigrantes”, y apeló a profundizar en la cultura de la diversidad, con la que el PP tiene un problema, y de la convivencia”.
 
Tras reclamar nuevamente una política inmigratoria común para toda la UE y posicionarse en contra de restricciones al espacio Schengen, Valenciano alertó contra discursos “racistas y xenófobos” que hoy en día resuenan en algunos países de la UE.
Finalmente, tomó la palabra el candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, quien afirmó que “Europa y España se han construido a base de movimientos migratorios, de ida y vuelta. Tantos los madrileños que un día se fueron a Alemania como los ecuatorianos que hoy en día vienen a Madrid, todos ellos han contribuido al desarrollo y al bienestar”. Lissavetzky añadió que la inmigración “es un desafío y una oportunidad para el enriquecimiento cultural, para el desarrollo económico y para el rejuvenecimiento de nuestra ciudad. Si partimos de estos puntos de vista, seremos capaces de gestionar bien la inmigración”.
 
El candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid, tras criticar el trato reciente del Gobierno de Italia a los inmigrantes, lamentó que “políticos conservadores estén alentando discursos contra la inmigración pensando que eso les reportará réditos electorales”. Por el contrario, Lissavetzky explicó que “para los socialistas, el binomio ciudad-inmigración es indivisible, y, para el caso de ciudades contemporáneas, como Madrid, tenemos que conseguir que nuestra ciudad no sea vista solo como un espacio de acogida, sino como un espacio que cuida y atiende a sus recién llegados”. Para terminar, recordó que “en 25 años, Madrid ha pasado de tener un 1% de población inmigrante a un 16% en 2011, y esa incorporación plantea retos a afrontar. Tenemos que dar servicios de calidad a todos, a los viejos vecinos y a los nuevos. El refuerzo de los recursos sociales para la población en general es fundamental para garantizar y fortalecer la convivencia”. 
 
Para concluir, Lissavetzky denunció la drástica reducción llevada a cabo por el actual equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, que ha recortado la inversión en Cooperación al Desarrollo dejándola en un testimonial 0,02 por ciento del presupuesto municipal. Al tiempo, el candidato a la Alcaldía de Madrid ha rebatido el mensaje del PP de que el Gobierno de España no invierte en Madrid, al recordar que  el 70 por ciento de los fondos que el Consistorio que preside Gallardón ha destinado en los últimos años a la población inmigrante ha sido financiado con fondos transferidos desde el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
 
Previamente al cierre del acto, que corrió a cargo del secretario de Moviemientos Sociales y Relaciones con las ONGs, Pedro Zerolo, tuvo lugar un debate-coloquio, impuslsado por el Instituto Ramón Rubial de la Fundación IDEAS, en el que participaron Bernarda Jiménez, secretaria de Integración y Convivencia del PSOE, Lina Echeverrí, productora de cine colombiana, Ricardo Picó, escritor y poeta colombiano, Romeo Niram, pintor rumano, Alejo Stivel, productor y músico argentino, y Julia Martínez, paraguaya, integrante de la candidatura del PSOE a la Asamblea de Madrid.

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