Dos géneros de nómina

Isabel GarcíaIsabel García

Con la brecha salarial de género no hemos podido. Y es que las mujeres seguimos discriminadas en las nóminas, de modo que la diferencia entre los sueldos que cobran ellos y lo que cobramos nosotras resiste todos los intentos de acabar con ella. Entre 1995 y 2005 apenas ha bajado del 17% al 15%, según los datos de la Comisión Europea. En España estaba en el 13%. Y a mayor vida laboral, más diferencia: hombres y mujeres cuyos ingresos diferían al principio de sus carreras en un 7%, tras 30 años de trabajo ven esa diferencia crecer hasta el 33%. Cifras que se dan mientras presumimos de Ley de Igualdad y de paridad ministerial, las ‘madres del cordero estadístico’ que colocan a España en el décimo país del mundo en igualdad de género según el Foro Económico Mundial. Y digo esto porque ‘escarbando’ en los datos aportados por el mismo, en equiparación de sueldos entre hombres y mujeres para igual trabajo, España tiene por delante nada más y nada menos que a 116 países. Pero ahí no queda la cosa, porque el consejero de Economía de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, nos decía el mes pasado que una trabajadora andaluza cuesta a la empresa privada una media de 750 euros menos al mes que un hombre. Sobre la base de esto la discriminación salarial por razón de género no debe tener justificación alguna, los interlocutores sociales deben plantearse ya la necesidad de negociar medidas eficaces y contundentes que aseguren la igualdad real y efectiva de oportunidades.

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