Cristina del Campo Pereiro
LA SOLIDARIDAD POR BANDERA
Trabajar ayudando a disminuir las injusticias que reinan en este mundo es un privilegio del que pocos pueden presumir. Cristina del Campo Pereiro lleva varios años haciéndolo, primero desde Pelayo Mutua de Seguros y después como gerente de la Fundación que la compañía ha puesto en marcha para canalizar todas las acciones de Responsabilidad Social que lleva a cabo
Mujeremprendedora: ¿Con qué fines se crea la Fundación Pelayo en el año 2005? Cristina del Campo: En Pelayo siempre ha habido gran sensibilidad por la acción social y desde sus inicios la compañía ha desarrollado muchos proyectos dentro de este campo. En 2005 se decidió aglutinar y canalizar bajo el paraguas de la Fundación todas las iniciativas con fines solidarios y humanitarios que se venían desarrollando hasta el momento, incorporando nuevas acciones conforme se iba definiendo y consolidando en el tiempo la labor llevada a cabo.
ME.: ¿Cuáles son sus principales objetivos y proyectos?
C.d.C.: Durante los primeros años de trayectoria se han realizado proyectos muy dispares y de diversa índole, centralizando desde el año 2008 sus esfuerzos en favorecer a uno de los segmentos de la sociedad más indefensos, tanto a nivel nacional como internacional, el infantil. Dentro de este marco, el objetivo de trabajo de la Fundación Pelayo está basado en colaborar con el progreso social, a través de cooperación para el desarrollo integral de la infancia, tanto a nivel sanitario como social, y enfocando gran parte de sus esfuerzos en mejorar la calidad de vida de niños y jóvenes fomentando una asistencia sanitaria digna, oportunidades de ocio y tiempo libre y una educación, enseñanza, formación y capacitación que les garanticen un futuro más favorable. Aunque la mayor parte de las acciones que desarrollamos están dirigidas a niños y jóvenes también ponemos en marcha proyectos relacionados con la seguridad vial, el apoyo a catástrofes y las acciones de voluntariado corporativo, generando un espacio de participación que posibilite a los empleados la práctica solidaria y la atención a personas en riesgo de discriminación por razones físicas, sociales o culturales, haciendo posible la integración social de los más desfavorecidos.
ME.: ¿De qué recursos disponen para financiarse?
C.d.C.: La Fundación Pelayo cuenta con unos recursos mínimos de un 1% de los beneficios anuales de Pelayo Mutua de Seguros, con aportaciones individuales, con los beneficios que obtenemos de las campañas de marketing solidario, y con las iniciativas que se desarrollan con los empleados, por ejemplo, ofreciéndoles la posibilidad de que dediquen dos horas de su trabajo en solidaridad con alguna causa para que el departamento de recursos humanos descuente de su remuneración mensual el valor monetario de esas dos horas y se destine a través de la Fundación a un proyecto concreto.
ME.: ¿En qué consiste el Seguro Solidario para los inmigrantes?
C.d.C.: Debido a la gran sensibilidad que la compañía tiene con los sectores más desfavorecidos, no pudimos dejar de lanzar un producto específico dirigido a los inmigrantes. Así nació Seguro Solidario dirigido a este colectivo que cubre la repatriación al país de origen del tomador en caso de fallecimiento y sobre el que la Fundación Pelayo financia más del 60%. Es una cobertura que los inmigrantes han valorado mucho desde que se lanzó, hasta el punto de que se fue incorporando en varios servicios más; fue entonces cuando nos dimos cuenta de que lo más sensato era dejar de comercializarlo específicamente y optar por ofrecer otro tipo de productos solidarios. Fruto de esta decisión estamos desarrollando, con la colaboración de la correduría de la ONCE, un seguro para discapacitados físicos e invidentes que, entre otras coberturas, permita a las personas que padecen esta situación adaptar sus vehículos en talleres especializados o recibir un servicio de mantenimiento en sus casas para realizar tareas cotidianas, como cambiar enchufes o bombillas.
ME.: ¿Cómo responden sus empleados a las acciones de voluntariado que fomentan entre ellos? ¿De qué manera colaboran?
C.d.C.: Tenemos 1.700 empleados y la acogida de nuestras acciones por su parte es fantástica. Acompañan a niños discapacitados al circo, participan en talleres y en las campañas de recaudación de fondos también responden fenomenal. Desde hace tiempo ponemos cada año en marcha un concurso en el que se solicita a los empleados que propongan proyectos solidarios para que la Fundación los valore y si los ve viables llevarlos a cabo y es de destacar que cada año son más los empleados que nos hacen llegar sus propuestas. Otra de las iniciativas en la que los empleados de la compañía se vuelcan, es la carrera 100×24 celebrada en Madrid y que consiste en recorrer 100 kilómetros en 24 horas. Hace cinco años, a propuesta del presidente, creamos un equipo específico de la compañía para participar en esta competición. En la última edición han corrido 120 empleados y 20 la han conseguido terminar, gracias a ellos hemos conseguido recaudar 15.000 euros para una campaña solidaria, porque todos los que no participamos en la competición aportamos nuestro granito de arena apostando una cantidad de dinero para acertar el número de empleados de la compañía que creemos que realmente son capaces de conseguir el reto. En mi opinión, es una campaña redonda que durante dos meses tiene a todos los empleados muy volcados.
ME.:¿Cuáles son las principales ONGs o instituciones con las que llevan a cabo proyectos?
C.d.C.: De forma continuada colaboramos con grandes ONGs, porque llevamos a cabo proyectos de gran dimensión y cada año convocamos un concurso para seleccionarlos. A lo largo de estos años hemos trabajado con Cruz Roja, Cáritas, Aldeas Infantiles, Vicente Ferrer, Mensajeros de la Paz o Ayuda en Acción, entre otras.
ME.: ¿Qué representa para usted la labor que desarrolla como gerente de la Fundación? ¿Por qué aceptó el cargo?
C.d.C.: Yo me encargaba de las acciones sociales que llevaba a cabo Pelayo antes de la puesta en marcha de la Fundación, por eso cuando me propusieron este cargo me pareció un lujo poderlo desarrollar, tanto a nivel personal como profesional. Poder trabajar ayudando a disminuir las injusticias que reinan en este mundo es muy satisfactorio y hacerlo de la mano de un Patronato como con el que contamos es un auténtico privilegio. Además, hay que tener en cuenta que trabajamos en un campo que está en pleno desarrollo, ya que hay mucho por lo que luchar y trabajar; por eso no dudé en aceptar el cargo. La culminación de los proyectos, sobre todo cuando se trata de niños, es algo muy satisfactorio, no hay palabras para expresarlo.
ME.: A pesar de su corta edad ¿la Fundación ha recibido algún reconocimiento?
C.d.C.: Si, y nos ha hecho mucha ilusión recibirlos. Entre ellos destaca la Medalla de Oro de Cruz Roja, o el Diploma que nos reconocía como “empresa constructora del futuro” que nos otorgó Aldeas Infantiles. No puedo dejar de mencionar el orgullo que nos produce que en las encuestas internas a empleados, una de las cosas que más valoran de la compañía es la labor social que desarrollamos desde la Fundación.
ME.: ¿Qué proyectos tiene previsto llevar a cabo a corto y medio plazo?
C.d.C.: Ahora mismo tenemos en marcha seis proyectos con grandes ONG´s, todos ellos enfocados a la infancia en materia de sanidad y educación, y unos quince con otras asociaciones más pequeñas, propuestos por nuestros empleados. El proyecto más grande al que nos enfrentamos cada día es poder encontrar más fondos para abordar más iniciativas cada año, así como llegar a acuerdos con otras fundaciones para desarrollar acciones conjuntas.
ME.: ¿Cree que en España contamos con la mejor legislación posible en Fundaciones?
C.d.C.: Las Fundaciones deberían contar con más apoyo; de hecho, es algo que desde el sector se está intentando que mejore. La única vía para conseguir que los proyectos que se realizan desde las fundaciones sean más y mejores es fomentar la aportación de fondos y la exención fiscal es una vía óptima de conseguirlo, tanto en las empresas como en los particulares.
Leire Mayo