Clara Sánchez

“CUANDO ESCRIBRES, EXPRESAS TODO LO QUE TE DESBORDA”
Clara Sánchez, la ganadora del Premio Nadal en 2010 con la novela ‘Lo que esconde tu nombre’, vuelve a la literatura con su décimo título, ‘Entra en mi vida’, un ejemplar que trata un tema de gran actualidad, el caso de los niños robados
 
Mujeremprendedora: ¿De dónde sacaste la idea para escribir esta novela?
Clara Sánchez: La idea me vino de noticias que vienen goteando desde hace mucho tiempo, aunque ahora es cuando se están tomando medidas. Enseguida entraron en mi vida porque tenían que ver conmigo y me removieron muchos sentimientos por dentro como madre y como hija. Recuerdo que a los 20 años tuve una amiga que cuando se enteró de que no era hija biológica, me preguntó lo que me parecía si buscaba a su madre biológica y le dije que ni se le ocurriera, porque estaba muy influida por lo que circulaba. Los hijos adoptados no tenían derecho a enterarse de lo que pasaba y ahora me doy cuenta de lo manipulada que estaba porque si pasara esto ahora, le diría que yo iba con ella al fin del mundo si hiciera falta.
 
ME: ¿Qué has aprendido con este libro?
C. S.: Es un asunto que me permitía y me daba pie a hablar de la familia, de todo ese mundo de intriga psicológica y emocional que se puede formar alrededor de ella, bien porque le roben un niño o por cualquier otra cosa. Dentro del núcleo familiar se establecen muchos lazos de poder afectivo que nos determinan la vida y todo lo que hacemos cuando somos mayores. Escribiendo esta novela he aprendido más cosas sobre mi relación con mi madre, por ejemplo y he profundizado mucho en ella. Me he dado cuenta mientras la escribía que no he tenido, cuando tenía la edad de Verónica, una de las protagonistas, ni después, esa fortaleza suya para ayudar a mi madre y no dejarme vencer por sus estados emocionales.
 
ME: ¿Por qué da la impresión de que en este tema, el de los niños robados, no se ha movido ficha hasta ahora?
C.S.: Me alegro mucho de haber escrito esta novela. Cuando empecé, no tenía la menor idea de que esto iba a estallar de esta manera, porque son casi 500 páginas que llevo escribiendo más de dos años. Estoy contenta de haberla escrito cuando todo estaba en ciernes y de haberles dado voz a madres, a hijas, a maridos e incluso a las familias adoptantes. Mi literatura, aunque no es militante, siempre está muy comprometida con la realidad y el mundo en el que vivo, siempre hablo del presente. Y también me alegro sobre todo de que ya no estemos mirando hacia otro lado. Las evidencias son tales que no podemos negar los hechos y me parece bien que la justicia empiece a tomar cartas en el asunto porque antes parecía que estas cosas no podían pasar en este país ni a nosotros, sino en otras latitudes y a otra gente. Es necesario porque es como devolver la confianza a la sociedad.
 
ME: Háblanos de Verónica
C. S.: Verónica es una chica muy de nuestros días y está muy inspirada en mi propia hija. Creo que mi hija, en el fondo, es la que mi madre se hubiera merecido, con más fortaleza y que no se deja aplastar por la situación. Según escribía la novela, iba la vampirizando un poco, la vitalidad que creo que recorre la novela y me iba fortaleciendo. Además, el hecho que el disparo de salida que empieza a hacer funcionar la novela sea el robo de una niña, no quiere decir para nada que sea un dramón, una novela triste, sino que es emocional y muy vital, o por lo menos yo la siento así.
 
ME: ¿Crees que muchas veces nos condiciona el miedo a enfrentarnos a la realidad?
C. S.: Es uno de los temas que abordo en la novela. Cuando tenemos una verdad que debemos conocer, tenemos que decidir si queremos conocerla o no, porque una vez que la sabemos, tenemos que decidir. Es el miedo a decidir. Es como si nos enteramos de que nuestra pareja nos engaña. ¿Qué hacemos? Si conocemos la verdad, tenemos que decidir si queremos seguir o no con la relación o, a lo mejor, eso nos resulta tan fuerte que lo dejamos pasar y esperamos que las aguas vuelvan a su cauce.
 
ME: ¿Cómo se enfrenta Laura a todo ello?
C. S.: Es una chica muy normal, más normal que Verónica, porque no arrastra ningún tipo de anomalía en su vida y no se ha dado cuenta de nada. Vive en otro nivel, un poco más sofisticado, con una madre que es una pardo hippie y una abuela a la que todo el mundo quiere agradar porque es una mujer muy inteligente y fuerte. Cuando se encuentra con Verónica todo ese mundo estalla y se da cuenta de lo dominada que ha estado. Sin embargo, Verónica crece con más sinsabor, como si llevara una china en el zapato, pero no lo ha hecho dominada, sino que ha tenido una vida más real y es más consciente de ello.
 
ME: ¿Por qué predominan los personajes jóvenes en tus novelas?
C. S.: Cuando creo estos personajes, vuelvo a una adolescencia que tengo poco resuelta, porque creo que tuve que ser más valiente de lo que fui, y la fusiono con mi hija… en mis novelas siempre se unen generaciones. Siempre hay gente mayor, siempre hay gente joven… digamos que están las tres generaciones. Los hijos, los padres y abuelos, aunque estos últimos a veces no sean biológicos. Siempre retomo algo que una vez me dijo mi padre y es que “una persona, por vieja que sea, no deja de ser un hombre o una mujer” y nosotros caemos en el error de ver solamente al viejo o a la vieja y no vemos al hombre o a la mujer que hay detrás y yo lo reivindico en mis novelas.
 
ME: ¿Pretendías que esta novela fuera una denuncia?
C. S.: Este tema me abrió un mundo de posibilidades para hablar de seres humanos que viene un conflicto y que tienen que tratar de salir de él. No es maniquea ni he pretendido una denuncia, lo que pasa es que el propio comportamiento de los personajes los define. Pero cuando esta novela se lea en otros países donde no estén sensibilizados por este tema, o cuando la lean dentro de 50 años, lo harán como una novela de intriga emocional, de personas llenas de vida que tratan de vislumbrar la luz y de fortalecerse con su propia existencia.
 
ME: ¿Cómo te sientes con el éxito que tus novelas están teniendo en Italia?
C. S.: No me lo podría haber imaginado nunca. Mi anterior novela, ‘Lo que esconde tu nombre’, que allí lleva otro título, se ha convertido en la más vendida del 2011 con 24 ó 25 ediciones, 400.000 copias y todavía se está vendiendo. Además, hace dos meses salió ‘Presentimientos’, el libro anterior, y está en lo más alto del ránking. Me siento muy bien porque al fin y al cabo, si yo he escrito toda mi vida, es porque uno cuenta lo que siente para ver si los demás también sienten lo mismo y no eres un bicho raro. Cuando escribes, expresas todo lo que te desborda, todo lo que no entiendes, todo lo que no has tenido y en el fondo estás esperando que esas personas que lo leen a ver si sienten lo mismo.
 
Inma Sánchez

Entrevista. Clara Sánchez (2)

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