El cine de las directoras africanas, en La Casa Encendida

cineEllas Son Cine, siete directoras africanas en pantalla, se inaugura el 29 de mayo en La Casa Encendida con la proyección de “Même pas mal”, de Nadia El Fani y Alina Isabel Pérez.

 

La película “Même pas mal”, de la tunecina Nadia El Fani, ganadora del primer Festival Panafricain du Cinéma de Ouagadougou (FESPACO), y Alina Isabel Pérez, abrirá la muestra Ellas Son Cine, que contará con la presencia de María Teresa Fernández de la Vega, presidenta de la Fundación Mujeres por Áfric a. “Même pas mal” es una llamada a la tolerancia, la libertad de expresión y la lucha contra los extremismos.

 

Otro título en este encuentro es “Yema”, de la argelina Djamila Sahraoui, donde se cuenta la historia de una madre que se debate entre el amor por sus dos hijos: uno militar y otro islamista. Dos extremos en los que se ha movido y se mueve el drama de Argelia.

 

La tunecina Raja Amari, en su película “Dowaha”, cuenta una historia de madres e hijas sometidas, para poner de relieve la necesidad de la emancipación y la rebeldía. En “Sur la planche”, la marroquí Leïla Kilani expone la fuerza social que arrastra a la delincuencia a dos chicas jóvenes que luchan por sobrevivir en la ciudad de Casablanca.

 

“La nuit de la verité”, de la burkinabesa Fanta Régina Nacro, trata de las consecuencias de una guerra entre grupos étnicos y la necesidad urgente de poner fin al odio visceral que mina la posibilidad de una convivencia pacífica entre los habitantes de un mismo país. “Imani”, realizada por Caroline Kamya, de Uganda, retrata las duras condiciones de vida de tres personajes: un niño soldado, una trabajadora doméstica y un cantante de hip hop, para examinar la sociedad ugandesa contemporánea, con los efectos de la guerra, la violencia doméstica, la corrupción, la traición, el sacrificio y la esperanza.

 

Y “Por aqui tudo bem”, dirigida por la angoleña Pocas Pascoal, aborda uno de los principales problemas que la guerra civil impuso en el país: el del exilio. Millares de angoleños que arribaron a Lisboa en condiciones de extrema precariedad, dejando atrás familias fracturadas, teniendo que construir una nueva vida en un lugar desconocido y extraño.

 

Fuente: CIMA

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