Carpe Diem

EMPRENDEDORAS Y RURALES
Contra la despoblación y el desempleo no hay fórmulas mágicas ni secretos, lo que hace falta es mucho trabajo, empeño e ilusión. El trabajo, el empeño y la ilusión que le han puesto estas cuatro emprendedoras del municipio sevillano de Aznalcázar creando la cooperativa de ayuda a domicilio Carpe Diem
 
 
 
Porque todas las personas necesitan un respiro en su vida. Porque todas y todos y merecemos disfrutar el momento. Porque nadie se acuerda de aquellos, casi siempre mujeres, que se dedican de lleno al cuidado de sus mayores, de aquellos que apenas tienen tiempo ni para tomarse un café. Y porque sus promotoras han sabido unir las oportunidades de negocio abiertas por la Ley de Dependencia a las necesidades de una población como las del municipio sevillano de Aznalcázar, nació hace poco más de un año la cooperativa de ayuda a domicilio Carpe Diem.
 
Una nueva empresa de Economía Social nacida no sólo de la mano de sus cuatro socias (Ana María León, Carmen Rambaud, Elisabet Gómez y Ana María Romero) sino también de la mano de tres instituciones que han sido claves para que hoy hablemos de este proyecto como una realidad empresarial. Instituciones como Fademur, que les ha facilitado gratuitamente la formación necesaria en materia de ayuda a domicilio; instituciones como Cajasol, que les ha concedido un microcrédito para el desarrollo de la cooperativa; e instituciones como el Ayuntamiento de Aznalcázar, que les ha facilitado las instalaciones en las que hoy tienen su sede y que se ha comprometido a pasarles “todos los casos de Ley de Dependencia que vayan llegando a partir de ahora”. Son palabras de Elisabet Gómez, secretaria de la cooperativa, palabras que le faltan a la hora de agradecer el papel de éstas: “Si no hubiera sido por ellas nos hubiera sido muy difícil salir adelante”.
 
Sea como sea, lo cierto y verdad es que hoy Carpe Diem es una realidad en Aznalcázar que agradecen los 4.000 habitantes de una población que hasta ahora carecían de una empresa que ofreciera servicios como los que estas mujeres desde su cooperativa ofrecen. Aseo personal, dar medicación bajo prescripción médica, servicio de acompañamiento en domicilio, servicio de limpieza, de plancha, de canguro, acompañamiento en hospitales, administración de enemas… Todos estos y “muchos otros” son los que servicios de Carpe Diem que, si por algo destaca, es por “la experiencia en el sector” de sus trabajadoras: “Todas somos auxiliares de enfermería y hemos estado trabajando en hospitales, geriátricos y actualmente para el Ayuntamiento de Aznalcázar en los casos de Ley de Dependencia”.
 
Teniendo en cuenta que emprender en el medio rural y en femenino no es tarea fácil, es de aplaudir la iniciativa de estas cuatro mujeres que al medio y al género le han sumado una coyuntura económica como la actual nada halagüeña para emprender, algo que poco parece asustar a este cuarteto emprendedor: “Pensamos que emprender en tiempo de crisis es una oportunidad puesto que nada pierde quien nada tiene. Este es nuestro caso, no tenemos nada que perder excepto nuestro tiempo, aunque eso sí, mucho que ganar que es lo que esperamos”.l
 
Isabel García

Emprendedora. Carpe Diem

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Periodismo
Constructivo