Las buenas intenciones
2015 se ha despedido con varios meses consecutivos de descenso en el número de autónomos afiliados a la Seguridad Social, la sombra de la deflación de nuevo, la tasa negativa del índice de comercio al por menor de las empresas unilocalizadas… lo que hacía que el trabajo autónomo se convirtiera en “la niña bonita” de la última campaña electoral. Así, han sido muchas las promesas que hemos escuchado de los candidatos a la presidencia del Gobierno, la mayoría de las cuales respondían a las peticiones que desde UPTA hemos reclamado, porque lo que pedíamos, sin duda, es lo que necesitan los hombres y mujeres que trabajan como autónomos en España y los que se plantean serlo. Pero debido a ese proceso electoral, realizar una previsión sobre lo que puede deparar el 2016 resulta un tanto incierta, porque todo dependerá de que quien finalmente nos gobierne haga realidad las buenas intenciones.
Porque este enero no sólo comienza un año nuevo, sino también una nueva legislatura que esperamos marque el punto de inflexión en lo que a las políticas sobre el trabajo autónomo se refiere. Resumíamos nuestras propuestas en “10 problemas, 10 soluciones” entre las que demandamos un Plan Integral para la Recuperación del Trabajo Autónomo (PIRTA) que incluya la refinanciación de la deuda, privada y pública, mecanismos ágiles y eficaces de segunda oportunidad, medidas que impulsen el relevo generacional en nuestros negocios mediante un Plan Social de Abandono de la Actividad, estableciendo la jubilación anticipada en determinados supuestos, el establecimiento de un mínimo exento de cotización a la Seguridad Social a partir del cual se establezcan cotizaciones progresivas en función de los ingresos reales declarados, el establecimiento de un subsidio de carácter general para todos aquellos autónomos que se hayan tenido que acoger al Sistema de Prestación por Cese de Actividad durante los seis meses siguientes al final del beneficio de la prestación, cuando no tengan otros ingresos personales o familiares, establecer un sistema de aplicación de los gastos profesionales deducibles en el IRPF así como recuperar los tipos reducidos del IVA, entre otras.
En Andalucía también comenzamos con buenas intenciones. Parece que 2016 será el año que vea la luz el Plan de Actuación para el Trabajo Autónomo, la Ley de Emprendedores, se reconozca la representatividad de las Asociaciones Profesionales y se constituya el tan esperado, como necesario, Consejo andaluz del Trabajo Autónomo.
Si se realizan estas condiciones y promesas, entendemos que estaremos en la buena dirección. A lo que aspiramos no es ya a que aumenten las cifras del RETA, sino que las mujeres y los hombres que son trabajadores autónomos puedan seguir siéndolo en condiciones de calidad, y los que pretenden serlo lo hagan en un escenario sólido. Sé que en estas páginas ya lo he dicho en alguna ocasión, pero no me canso de hacerlo: tenemos que conseguir que ser trabajador o trabajadora autónomo o autónoma en Andalucía sea un trabajo y con perspectiva de futuro que permita la consolidación de las actividades, que puedan alcanzar mayor dimensión, incluso internacionalizarse, creando empleo y riqueza, como ya venimos haciendo, pero más y mejor. Necesitamos llegar a un crecimiento sostenido en el RETA y hasta que este no sea de al menos un 5% no podremos hablar de verdadera recuperación.
Pero, sobre todo, necesitamos una estructura sólida que proporcione un escenario que permita que ser autónomo o autónoma sea una verdadera opción ante el trabajo por cuenta ajena; un escenario que permita trabajar con dignidad, con derechos y en igualdad de condiciones y oportunidades.
Veo difícil, como he dicho, realizar una previsión concreta ante la situación socio política que estamos viviendo y será determinante quien se ponga al frente de nuestro gobierno y en qué condiciones para que se aborden estas cuestiones desde una u otra perspectiva que será la que marque nuestro futuro. Porque hay muchas formas de hacer las cosas, incluso de no hacerlas. Sí, espero y confío que sea el año que ponga fin a la precariedad y a los recortes, que se plantee la revisión integral del RETA y una verdadera reforma fiscal, la que necesitamos, y que regrese la senda del crecimiento y que este sea responsable, sostenido y sostenible. En definitiva, que las buenas intenciones dejen de serlo para convertirse en buenas realidades.
Inés Mazuela Rosado
Secretaria General de UPTA-A
@InesMazuelaRo