Artesana Week Lavapiés reúne a emprendedoras de la cerveza

La quinta edición tendrá lugar desde este lunes 1 al domingo 7 de abril

La quinta edición de Artesana Week Lavapiés (AWL) apuesta por las emprendedoras y los productores nómadas. Del lunes 1 al domingo 7 de abril, 33 cerveceras independientes pinchan más de 400 variedades en 31 locales del barrio madrileño. 14 fabricantes proceden de la Comunidad de Madrid y 19 de otras 15 provincias. Aumentan los proyectos gestionados por mujeres, como la ilerdense Quiònia Pujol de Cervesas Lo vilot; la maestra cervecera Nora Arrastia, de Cervezas Eterna; y la cooperativa de mujeres Bailandera. En un regreso al origen craft, ‘la senda de los nómadas’ integra siete cerveceras fieles a la tradición de producir sin fábrica propia.

 Emprendedoras

Quiònia Pujol es copropietaria de Farmbrewery Lo Vilot. Esta granja cervecera de la comarca del Segrià (Lleida) produce y transforma todos los ingredientes necesarios para sus 19 cervezas artesanas de Km 0, cuya producción supera los 40.000 litros anuales. Además, comercializa sus propios lúpulos y cebadas.

Su proyecto ejemplifica el emprendimiento sostenible a través de la cerveza artesana en entornos rurales. Así, la emprendedora ilerdense y su ‘cerveza de granja’ han sido reconocidas con el Premio Emprendeduría Quintanes/BBVA 2018. Afrutadas, aromáticas, tostadas… Las cervezas Lo vilot se sirven en Cascorro Bistrot (Plaza de Cascorro, 21).

Cinco mujeres integran la cooperativa Bailandera, donde todas cobran por igual. “Aunque no hagamos lo mismo, valemos lo mismo”, subrayan. Sus cervezas transmiten la esencia de su origen, la Sierra Norte de Madrid, al elaborarse con ingredientes ecológicos y de proximidad cultivados en la localidad de Bustarviejo. Las pincha Parrondo (Santa Isabel, 8).

Además de socia, Nora Arrastia es la maestra cervecera de Eterna, fabricante madrileño de reciente creación. Cuenta con una dilatada trayectoria como brewmaster, habiendo sacado al mercado seis estilos de cerveza artesana desde 2014. Reinventada tras abandonar el marketing y la publicidad, también regenta el local Beer Bang del barrio de Salamanca.

Una Catrina mexicana preside la etiqueta de Eterna, flanqueada por un círculo de flores del ‘Día de los Muertos’ y una cruz que evoca el paso al otro mundo. La etiqueta negra identifica su Rubia (Lager Helles) y la marrón su Indian Pale Ale. Pruébalas en Como vaca sin cencerro (Olivar, 54).

 De estreno

Siete cerveceras debutan en AWL: Basqueland Brewery (Guipúzcoa), Nós (Vigo), San Frutos (Segovia) y las madrileñas Gabarrera, Eterna, Matmor Brewery y Oso Brew Co. Cuatro fabricantes vienen de Euskadi, segunda región con mayor representación. Le sigue Cataluña, con tres cerveceras de Barcelona, Gerona y Lleida.

Se suman fabricantes de Asturias, Cantabria, Guadalajara, Murcia, Navarra, Valencia, Vizcaya y Toledo. Además, seis cerveceras ‘veteranas’ permanecen desde la primera edición: Dougall’s, La Virgen, Medina, Titoblas, Yakka e Yria.

La senda de los nómadas

La quinta edición de AWL presta especial atención al original espíritu asociativo craft. Siete productores nómadas preservan la tradición de producir sin fábrica propia, sino sólo en colaboración con otros cerveceros. “Unos alquilan porque no tienen recursos para crear su propia fábrica, pero otros mantienen la opción colaborativa como filosofía empresarial, o una forma de vida”, apunta Antonio Cortés, gerente de Chinaski.

Trazando ‘la senda de los nómadas’, los más atrevidos descubrirán las nuevas creaciones de los homebrewers, cervezas todas sorprendentes, la mayoría de producción muy limitada: Speranto, en La Buga del Lobo (Argumosa, 11); Yria, en Chinaski; Freaks, en La vida tiene sentidos (Ave María, 20); La Quince, en La Caníbal; Matmor, en La Huelga (Zurita, 39); Oso, en A son de mar (Ave María, 8); y Panda Beer, en Gastrochigre (Santa Isabel, 5).

La microcervecera toledana Speranto debe su nombre al idioma internacional creado en 1887 por Luis Lázaro Zamenhof para unir a todos los pueblos del mundo. Zamenhof también es una rubia equilibrada, ligera y refrescante. La Indian Pale Ale Mango Man del nómada madrileño Yria se aromatiza con mango y lúpulos Citra y Simcoe.

Las uvas de la IPA, del madrileño Freaks, fermenta en la fábrica del productor murciano Yakka y envejece en barricas de vino de Jumilla de las laderas del Carche. Las etiquetas de La Quince figuran en el Olimpo craft: Old Xmas Ale, Medalla de Plata en Barcelona Beer Challenge 2018.

 Del garaje, a la gloria

El garaje no sólo es el primer paso de Apple o Microsoft. Destacamos aparte dos nómadas emergentes, ejemplos del origen casero de todo cervecero que se precie de craft. Tras varios años haciendo birra en el garaje, Claudio Morgado y Jorge Matamala obtienen el premio Botella de Oro de La Tienda de la Cerveza, reconocimiento a los mejores homebrewers. Así, dan el salto a la gloria con su primera IPA, Matmor Elephant’s Choice. La segunda la presentan en AWL, Mouse in the garage. ¿Os suena de algo?

Oso Crew, microcervecero nómada británico afincado en Lavapiés, trae dos cervezas refrescantes pero complejas, sabrosas pero refinadas: Cerveza de Mesa, amarga con notas cítricas; y Citrus Cream Ale, suave, con ralladura de limón y naranja.

Madrid presume de una veintena de cerveceras independientes. Una de ellas está en Puente de Vallecas, Compañía de Cervezas Valle del Kahs (CCVK). Una familia de raíces vallecanas reformó una antigua fábrica de lejías, con objeto de reunir a sus vecinos en torno a “cervezas con un punto de locura”. La primera cervecera vallecana apuesta por la producción ecológica. CCVK se pincha en La Tía Carlota.

La madrileña Península firma Puro Tropikal, con lúpulo añadido en el tanque de maduración (dry hopping). Así, resaltan sus aromas y sabores cítricos a piña, mango y maracuyá. Los manjares peninsulares se degustan sobre la barra de Craft Against The Machine.

Nómada Brewing repite por cuarto año consecutivo en AWL, esta vez hermanada con Emòi Cocktail Bar. Premiadas en los principales campeonatos mundiales desde 2014, cada nueva creación del maestro vitoriano Javier Aldea aspira a figurar entre las mejores del mundo. De los primeros en introducir la cerveza artesana en Lavapiés, El pedal de Javier Prieto pincha los barriles de la valenciana Zeta Beer.

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