Ángeles Gil, directora general de Cartuja 93

“NO SOMOS SUFICIENTEMENTE AMBICIOSAS”
De la falta de igualdad real, de la importancia de la inclusión de las mujeres en el uso de las nuevas tecnologías, de la supervivencia en un mundo de hombres, de inteligencia femenina y de complicidad masculina nos habla la directora general de Cartuja 93, el Parque Científico y Tecnológico de Sevilla
 
 
2.200 millones de euros de facturación, 344 empresas y casi 14.000. Son datos del último balance de Cartuja 93 correspondiente al año 2008. ¿Qué expectativas tiene Cartuja 93 de cara al futuro? Crecer tanto cuantitativa como cualitativamente. Cartuja se está preparando para convertirse en un lugar donde los mejores profesionales del mundo deseen trabajar, donde las empresas locales se transformen en multinacionales. Donde se encuentren  diversidad de especialistas para que el trabajo conjunto dé resultados multiplicadores en investigación y desarrollo tecnológico. En definitiva, que Cartuja 93 sea un espacio donde la diversidad, la productividad, la innovación y el crecimiento personal nos lleven a favorecer la creación de empresas, consolidar las ya existentes y captar inversiones extranjeras y capital humano. El mundo cabe en Cartuja.
 
¿Cómo definiría la inclusión de la población femenina española en el uso de las nuevas tecnologías?
La inclusión es muy beneficiosa, sobre todo para crear redes. En estas redes las mujeres no se sienten aisladas, comparten conocimientos y crean grupos de interés cada vez más fuertes. Nos fortalecemos con la comunicación y se generan complicidades que favorecen el posicionamiento para alcanzar más cotas de poder.
 
¿Pueden ayudar las TIC en el fomento de la igualdad?
Las Nuevas Tecnologías de la Información favorecen a las mujeres. Pueden atender a sus tareas personales y profesionales sin estar físicamente en el puesto de trabajo. Mientras prime la presencia en el puesto de trabajo no estarán liberadas de los horarios que tanto gustan a los hombres, horarios larguísimos en los que no se valora la eficiencia, sino los tiempos que se está. Los tiempos para hombres y para mujeres son diferentes, tanto contados como horas de reloj como los vitales, donde cada etapa de la vida marca unas nuevas obligaciones sociales que recaen en gran medida sobre las mujeres.
 
¿Cuál es la participación de la mujer en los distintos niveles profesionales y en los órganos de toma de decisiones de las empresas instaladas en Cartuja 93?
En los órganos de toma de decisión es minoritaria. En la mayoría de los casos de mujeres que han llegado a ocupar puestos de alta responsabilidad se ha debido a su situación en empresas familiares o a la creación de su propia empresa. Los hombres, por regla general, no están dispuestos a ceder poder y las mujeres todavía no han resuelto la conciliación de la vida familiar y profesional. Fallan las necesidades básicas para que las mujeres accedan a puestos de poder.
 
Como mujer y como directiva empresarial, ¿qué opina de la Ley de Igualdad y de las cuotas de paridad?
La Ley de Igualdad es un pasito. Mientras se mantenga el miedo a perder el puesto de trabajo la mujer no podrá avanzar. Y el miedo existe, por ejemplo, en casos de embarazo, de acoso o incluso cuando precisa excesivo esfuerzo físico para desempeñar su profesión. Considero que la igualdad real se alcanzará cuando no haya miedos, cuando las necesidades básicas de las mujeres estén cubiertas, cuando se apoye la ambición femenina, las oportunidades para ascender laboralmente y cuando haya sanciones a quien viole todos estos principios. Los órganos de decisión están acaparados por hombres. La entrada de mujeres supone un desplazamiento. Se necesita inteligencia de mujer con la complicidad de los hombres.
 
Hay quienes dicen que si hubiera más mujeres mandando en las empresas, éstas irían mejor. ¿Qué opina?
Se necesita mucha masa crítica para que esto suceda. Mientras seamos pocas lo único que podemos hacer es sobrevivir en un mundo de hombres, donde tenemos que masculinizarnos en formas y fondo. Ellos juegan fuertes en sus maneras de hacer las cosas y no desean cambiarlas. Todos los estudios demuestran la mayor rentabilidad de empresas cuando son dirigidas por mujeres, pero la muestra es tan pequeña… El equilibrio entre hombres y mujeres es lo mejor, personas equilibradas, no agobiadas por sus incompatibilidades en la sociedad.
 
¿Cómo influye la alta dirección en la vida familiar de la mujer?
Influye positivamente. No dependemos de la autoestima que te da el varón, somos muy independiente económicamente y nuestros hijos e hijas, nietos y nietas, tienen modelos cercanos que no existían en el pasado.
 
¿Somos las mujeres responsables de esa imagen de mujer ambiciosa ante una líder?
Al movernos en un mundo masculinizado hemos cometido el error de masculinizarnos para demostrar nuestra valía. La ambición profesional está muy mal vista cuando se trata de mujeres. Es combatida por todos los frentes. Considero que, en general, no somos suficientemente ambiciosas.
 
¿Qué asignatura deben aprobar las mujeres para dar un salto cualitativo adelante?
Es la sociedad en general quien debe aprobar esta asignatura y dar un salto cualitativo. La mujer hace esfuerzos inhumanos para no morir en el intento. La sociedad castiga, la juzga y cada paso que da es un agotamiento. La biología vital no es una asignatura que se pueda aprobar. La situación de ser hija, madre y abuela debe llevar un reconocimiento implícito y levantar admiración social. Eso aún no se valora lo suficiente. La única asignatura pendiente para la mujer de hoy es la falta de ambición.
 
Isabel García
 

Entrevista. Ángeles Gil

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Periodismo
Constructivo