
Andrea Lisbona: "Viajar es la mejor manera de descubrir nuevas oportunidades"
Hablamos con Andrea Lisbona, la fundadora y CEO de Touchland, empresa que genera espacios saludables a través de la higiene de manos, ofreciendo una alternativa sostenible y competitiva al lavado de manos tradicional.
¿Cómo y cuándo surge Touchland?
Creo que viajar es la mejor manera de descubrir nuevas oportunidades. Fue en mi estancia en California cuando vi por primera vez este tipo de soluciones para la higiene de manos, mucho más prácticas y sostenibles que el lavado tradicional con agua y jabón. Pero en Estados Unidos, la cultura es diferente y tenían mucho más integrado en su día a día el uso de este tipo de productos para eliminar los gérmenes de las manos. Fue entonces cuando vi que requería un cambio total de enfoque y de acercamiento, para poder despertar la necesidad, y decidí crear Touchland a finales del 2010.
¿Cómo definirías la actividad de Touchland?
Touchland ofrece soluciones sostenibles a nivel mundial para mejorar la salud de las personas a través de la higiene de manos.
¿Cuáles son los beneficios de las soluciones de Touchland para las empresas?
En Touchland fomentamos una alternativa más sostenible, práctica y económica que el lavado de manos tradicional y ya contamos con presencia internacional en más de 10 países como Venezuela, Egipto, Kenia, Tanzania, Rusia, Portugal, etc.
¿Cuál es el perfil de los clientes de Touchland?
Touchland es una solución que tiene cabida en cualquier sector donde las personas interactúen entre ellas. Se dirige a cualquier empresa que quiera cuidar de su staff así como de los clientes que pasan diariamente por su establecimiento. Gracias a ello ya nos hemos ganado la confianza de clientes referentes en todos los sectores como Lavazza, Sheraton, Teknon, El Celler de Can Roca, Mossos d’Esquadra, Costa Cruceros, etc
¿Con qué dificultades se ha encontrado a lo largo de su experiencia?
Conseguir la confianza de los primeros clientes es lo que más me ha costado. Mi proyecto nació a finales del 2010, en plena crisis, cuando las empresas sólo pensaban en reducir costes. Fue difícil conseguir que entendieran este nuevo concepto innovador que mejoraría sus costes y salud ambiental.
Con Touchland ha conseguido una cartera de clientes de referencia que le ha permitido replicar el modelo de negocio e iniciar su actividad en diferentes países del mundo, como Venezuela, Kenia, Rusia o Egipto, entre otros. ¿Cuál diría que ha sido la clave del éxito?
Una visión y misión muy claras desde nuestro inicio. Creamos algo más que un producto ya que ofrecemos una solución que va más allá de algo material, generando beneficios en diferentes ámbitos de las empresas: reducción de costes, mejora de la imagen corporativa, mejora de la salud ambiental de empleados y clientes… y todo ello promoviendo políticas de responsabilidad social en las empresas. Instaurar un hábito de higiene es complicado pero hemos sabido encontrar a buenos colaboradores a nivel nacional e internacional que nos han ayudado a fomentar nuestro mensaje corporativo.
¿Qué consejos daría a las mujeres que quieren emprender?
Yo recomendaría que no se quedaran con la duda. Si tienen una buena idea, deberían desarrollar un buen plan y una buena estrategia, y lo más importante, hacerla realidad. Yo he vivido unos primeros años duros, ya que estaba sola con el proyecto, pero de ningún modo me arrepiento. Lo que he aprendido emprendiendo no lo aprendería jamás en ninguna aula. He crecido como profesional y como persona, así que si tenéis un sueño, no dejéis que pase la vida sin llevarlo adelante. Sólo tenemos una vida y debemos dar lo mejor de nosotros.
Antes de emprender, deberíamos saber…
Pues como siempre digo: la perseverancia, es lo más importante. Nada bueno viene fácilmente, esa es la gracia. Que sudes cada gota y que valores cada pequeño paso que da tu proyecto. Que no desfallezcas cuando el viento sopla de cara. Al final, es más importante la ejecución que la idea. Hay gente con muy buenas ideas pero luego se cansan al implementarlas. Los que triunfan no son aquellos que tienen la mejor idea, sino aquellos que convierten la idea en algo tangible y de valor.
Isabel García