Ana Alonso, presidenta de la FAME

LA VOZ DE LAS EMPRESARIAS ANDALUZAS

Compromiso, responsabilidad y participación son vocablos que desprende el discurso de Ana Alonso. Ella es la presidenta de la Federación Andaluza Mujeres Empresarias (FAME), que nos abre las puertas de la organización para hablarnos de las debilidades y oportunidades del tejido empresarial femenino
 
¿Qué le supone esta etapa como presidenta de la FAME después de años al frente de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Cádiz?
Iniciar una nueva etapa es siempre inquietante, por cuanto supone asumir nuevas y más responsabilidades, pero soy una persona que asume los nuevos ciclos, las nuAna-Alonsoevas etapas, como algo apasionante, desde la oportunidad de hacer cosas nuevas, de ofrecer tu propia experiencia de vida personal y profesional al servicio de algo en lo creo profundamente, como es la consolidación en el mundo organizado de la empresa del tejido asociativo femenino de nuestra tierra. Pero además de ilusión y ganas, soy conciente de que estamos viviendo un tiempo especialmente complejo y difícil, derivado de la actual crisis económica, lo que nos exige, como organización empresarial estar más atentas que nunca, anticiparnos al futuro acometiendo acciones que incentiven la competitividad del tejido empresarial femenino andaluz, acercando recursos a las organizaciones empresariales de mujeres miembros de FAME, para que esos recursos puedan  multiplicarse y llegar a las mujeres empresarias, auténticas beneficiarias de las iniciativas lideradas por esta organización.

¿Cuál es el reto inmediato que se plantea como presidenta de la FAME?
Consolidar un modelo organizativo de mujeres en el territorio andaluz, ha sido, en los últimos años, nuestro objetivo prioritario y una tarea que, aunque plenamente satisfactoria, no ha sido fácil, pero que ha tenido como resultado el fortalecimiento del tejido empresarial femenino y la incorporación de las empresarias a las organizaciones empresariales mixtas con voz y con voto. Pero no podemos quedarnos ahí, somos conscientes de que tenemos que dar permanencia a lo conseguido, y por ello, entre nuestros objetivos prioritarios está intensificar las relaciones con la Administración, y consolidar nuestras relaciones con la Confederación de Empresarios de Andalucía, tomando posicionamiento en las interlocuciones, es decir, participando mucho más de cerca en el diseño de las políticas para las empresas lideradas por mujeres, aportando la visión de género necesaria y legítima en todas las decisiones políticas y económicas que nos afectan.

¿Cuál es el perfil de las empresas creadas por mujeres en Andalucía?
Es difícil establecer un perfil de las empresas creadas por mujeres, y no sólo en nuestra Comunidad, también a nivel estatal, ya que, en general, las fuentes secundarias no ofrecen datos desagregados por sexos. No obstante, nuestro conocimiento del tejido empresarial femenino andaluz y de sus unidades productivas, nos permite dar una visión, que entendemos significativa. El núcleo principal de las empresarias andaluzas, se sitúa en una franja de edad que oscila entre los 31 y los 45 años, representando el 48 por ciento de este colectivo. No obstante, podemos hablar de un número importante de empresarias jóvenes, con edades inferiores a los 30 años, significando el 15% de las empresarias andaluzas. Un dato significativo es el nivel de estudios, pudiendo afirmarse que las empresarias andaluzas son mujeres muy formadas, pues, la mayoría de ellas han cursado estudios medios y superiores. Mayoritariamente, cuentan con experiencia laboral, previa a la puesta en marcha de sus empresas, lo que sin duda es un recurso valioso no sólo para el inicio, sino también para el posterior desarrollo del negocio creado.

En lo que se refiere a los negocios liderados por las empresarias andaluzas, el 38% del empresariado femenino andaluz se concentra en el sector servicios, concretamente, en determinadas ramas de actividad como el comercio,  servicios a las personas y servicios a empresas, hostelería, gestión del conocimiento… todos ellos, sectores muy feminizados y con un evidente grado de segregación ocupacional. Aunque, he de decir que en los últimos años, las empresarias andaluzas apuestan cada vez con mayor interés, por sectores más masculinizados, como por ejemplo la construcción, la industria, las empresas de base tecnológica o los sectores emergentes.

¿Cómo valora la coyuntura económica actual del país en general, y de Andalucía en particular? 
Que duda cabe, que esta grave situación a escala mundial está teniendo unas repercusiones en la economía española, de las que, siendo realistas y sin caer en falsos alarmismos, todavía no hemos llegado al fondo de la situación. Y en este sentido, no podemos negar que ni en el peor de los escenarios podíamos imaginar la magnitud y virulencia con la que la crisis está afectando a la economía española que, en los últimos años ha sido una de las economías más abiertas del mundo con un coeficiente de apertura del 60%, por lo que las turbulencias económicas que ahora están surgiendo nos han afectado inevitablemente. Y en mi opinión, una situación como la actual, nos exige tener que llevar a cabo muchos y profundos cambios. Cambios que no sólo competen a las empresas, sino también, a los poderes públicos, a las instituciones y entidades empresariales y económicas.

¿En qué momento decidió involucrarse en el mundo empresarial? ¿Y en el del asociacionismo femenino?
Diría que mi experiencia empresarial y asociativa han transcurrido de forma paralela, porque si hecho la vista atrás desde que decidí abrirme un hueco en el mundo de la empresa, fui consciente de que hombres y mujeres no jugaban con las mismas reglas, en perjuicio,  por supuesto de las mujeres. Permítame que le cuente una anécdota: en una ocasión, siendo ya empresaria,  recuerdo que asistía a una comida de trabajo a la que estaba invitado, Rodríguez Zapatero, antes de convertirse en Presidente del Gobierno, y me impidieron la entrada porque creían que era la acompañante de un señor con el que estaba hablando. Me dijeron que se trataba de un acto privado y que yo no estaba invitada. Sirva este ejemplo para poner de manifiesto los prejuicios de una sociedad que da por sentado que cuando una mujer acude a un acto tiene que ser la esposa de alguien, porque ni por méritos ni por cargos se la reconoce en esas reuniones de los grandes, de los varones. Si en algo soy intransigente es con mi propio compromiso social, que no es otro que el trabajar para que las mujeres empresarias compitan en los mercados en igualdad de condiciones, para que accedan a los mismos recursos que les permitan hacer de sus empresas unidades sólidas y competitivas. Y a mi juicio, este objetivo sólo se puede alcanzar desde la participación activa y solidaria en las organizaciones empresariales, y en las asociaciones empresariales de mujeres que están demostrando ser vehículos útiles y eficaces para ese fin.

¿Qué valores considera imprescindible en la actividad empresarial?  
En mi opinión, compromiso y responsabilidad; pero entendidos no como una pesada carga que todo empresario y empresaria tiene que asumir; no es eso, no se trata de hacer muchas cosas, se trata de dar un sentido propositivo a las cosas que hacemos, eso te permite establecer prioridades, tomar decisiones, formar equipos de trabajo involucrados y motivados capaces de plantearse retos y oportunidades. Una empresa es una célula viva, que genera sus propias dinámicas, que forma parte de una sociedad, a la que no puede ni debe volver la espalda, muy al revés debe ser un fiel reflejo de la misma. Nuestros valores deben ir en esta línea, como decía antes, compromiso y responsabilidad y como valor trasversal el de la igualdad, como principio que debe penetrar y calar en todas las áreas de una empresa, igual que debe hacerlo en todos los ámbitos de nuestra vida.

¿Cuál sería el desafío más acuciante para la mujer empresaria desde FAME? 
Como ya manifesté en mi discurso de toma de posesión, una de nuestras principales pretensiones es conseguir que la voz de FAME sea escuchada en todos los foros y espacios de representación institucional, Administraciones Públicas, organizaciones e instituciones económicas y sociales, porque sólo en la medida en  que accedamos a los centros de poder, podremos influir en cambiar situaciones, sólo asumiendo una participación activa, podremos decir que estamos plenamente representadas con voz propia en todos aquellos espacios en los que se aborden los temas que interesan a las empresarias, necesitadas de políticas específicas y estrategias que den respuesta a sus particularidades. Particularidades de género por muy paradójico que esto pueda parecer. Es por ello que, nuestros desafíos tienen que ver con la consolidación y con el  crecimiento de las empresas  dirigidas por las andaluzas; y para ello, a su vez, tenemos que consolidar las estructuras de nuestras organizaciones provinciales de forma que sean un referente en la defensa de sus legítimos intereses  y un espacio para el uso de recursos estratégicos en búsqueda de la productividad y competitividad  de sus empresas.

¿Cómo valora la estructura andaluza de asociaciones empresariales de mujeres?
Desde que FAME inicio su andadura tuvimos claro que era clave el diseño de un modelo cuyos fines fueran, promover la representación del colectivo empresarial femenino y conquistar espacios negados a las mujeres empresarias. Hoy podemos afirmar que somos lo que nos propusimos, una estructura vertebrada de abajo a arriba, formal estructurada, poniendo de manifiesto una situación real y valiosa: en nosotras ha calado el discurso del trabajo en red, lo que no habría sido posible si en el esfuerzo de todas las organizaciones empresariales que integran y configuran esta Federación.  Nuestro espacio natural está en el mundo de la empresa organizado, en las Confederaciones territoriales de empresarios y empresarias, en la Confederación de Empresarios de Andalucía, organizaciones a las que estamos incorporadas y en las que queremos trabajar, colaborando decididamente en la construcción de espacios en los que hombres y mujeres quepan, en los que empresarios y empresarias incorporen sus valores, matices, intereses y prioridades.

¿Cómo valora las ayudas a la familia y a la conciliación de la vida laboral y familiar?
Todo lo que sea favorecer la incorporación de las mujeres a todos los espacios y ámbitos de la vida pública, es bienvenido, pues suponen armas para luchar contra los prejuicios de género. Pero también hemos de reconocer que mucha de esas ayudas son insuficientes, o quedan obsoletas incluso antes de ponerse en marcha, porque en el fondo siguen manteniendo unos estereotipos que están fuertemente arraigados en nuestra sociedad y cuya lectura es muy simple: la familia, sigue siendo responsabilidad de las mujeres, y por tanto, a ellas se les adjudica el deber de conciliar el ámbito familiar y laboral. Queremos vivir en una sociedad más justa y más equilibrada para hombres y mujeres y en mi opinión, hasta que no se produzca un cambio de mentalidad, un verdadero compromiso con la igualdad, no podremos hacer realidad principios que todavía hoy son una quimera como el de la corresponsabilidad.

¿Cree que llegará el día en el que no sean necesarias asociaciones empresariales femeninas?
Como mujer positiva que soy, confío en que ese día llegue y cuando ocurra lo disfrutaré muchísimo y pensaré que ha merecido la pena haber contribuido a conquistar el ejercicio de nuestros derechos y obligaciones con plena igualdad real.

Isabel García  

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