9 de cada 10 familias monoparentales en España está encabezada por una mujer
En medio de una crisis sin precedentes, sacar adelante a una familia ya es todo un reto, un desafío que se ve multiplicado en el caso de las familias monoparentales. En nuestro país, son las mujeres las que llevan las riendas, ya que casi 9 de cada 10 familias monoparentales (un 88,6%) está encabezada por la figura materna, frente a las 11,4% de las encabezadas por hombres, según el Instituto de la Mujer.
Fruto de su compromiso con la integración laboral y mejora de la calidad de vida de estas mujeres, la Fundación Adecco ha elaborado el II Informe Mujer con Responsabilidades Familiares no Compartidas y Empleo, cuyas conclusiones están basadas en una encuesta a 1.000 mujeres en esta situación.
Evolución de las familias monoparentales en España
En la sociedad actual, la familia nuclear tradicional comienza a perder peso frente al surgimiento de nuevas estructuras familiares. En este sentido, las familias monoparentales están experimentando un fuerte ascenso: mientras que en 2002 se contabilizaron 303.200, a finales de 2011 se registraron 548.600, según los datos del Instituto de la Mujer.
La forma más habitual de las familias monoparentales en España es la que tiene como persona principal a una mujer. Así pues, de las 548.600 familias monoparentales, 486.400 tienen a la madre como figura principal (88,6%, como mencionábamos en el epígrafe anterior). Como es obvio, también esta cifra ha crecido sustancialmente en los últimos años, ya que en el año 2002 sólo se registraron 273.000 familias monoparentales encabezadas por la madre.
¿A qué se debe este aumento del 78% durante la última década? Varias son las posibles causas subyacentes:
– Incremento vertiginoso de las familias monoparentales encabezadas por madres solteras. En la última década, el aumento ha sido del 299%, pasando de 33.000 en el año 2002 a 131.800 a finales del año pasado.
– Crecimiento de las disoluciones matrimoniales desde el año 2000. Salvo en ejercicios puntuales, la tendencia ha sido al alza. Así pues, en el año 2010 se produjeron 110.321 nulidades, separaciones o divorcios, frente a los 99.474 del año 2000.
– Fuerte crecimiento de la inmigración. En el año 2002 había cerca de 2 millones de extranjeros en España, que representaban el 4,7% de la población. Hoy, existen casi 6 millones de inmigrantes o, lo que es lo mismo, un 12,1% del total de habitantes de nuestro país. La inmigración ha traído consigo la emergencia de nuevas estructuras familiares en las que la madre soltera resulta una forma muy habitual.
El perfil de la mujer que encabeza una familia monoparental
La estructura más habitual de la familia monoparental encabezada por una mujer es la que se compone de la madre y un solo hijo económicamente dependiente, como constatan las respuestas de un 60% de las encuestadas. Por su parte, un 24,6% tiene 2 hijos; un 7% tiene 3; un 5,4% 4 hijos y, por último, un 3% tiene más de 4 descendientes. Siempre dependientes económicamente.
En cuanto a la edad de las mujeres con responsabilidades familiares no compartidas (en forma de hijo/s), se observa que la mayor parte tiene entre 36 y 45 años (42,4%), seguido de un 27,3% que tiene de 26 a 35 años; un 16,2% con una edad comprendida entre los 17 y los 25 años y un 14,1% mayor de 45 años.
Atendiendo al nivel formativo, se ha registrado un predominio de las mujeres con estudios técnicos -un 29,6% ha realizado un módulo de grado medio o superior-. A ellas siguen las que tienen formación secundaria (27,6%). A continuación, se sitúan las que tienen estudios elementales (22,4%), seguidas de las tituladas universitarias, que representan un 20,4% del total.
Más de una cuarta parte se encuentra en paro
Si el empleo supone un activo esencial para cualquier persona, no digamos para las mujeres que han de afrontar el cuidado de sus hijos sin apenas ayuda.
Sin embargo, la crisis no hace justicia y está castigando a todo el mundo por igual. Es más, la tasa de paro general de la mujer (24,7%) parece ser inferior a la de las que tienen cargas familiares no compartidas, según los datos de la presente encuesta. Así, más de una cuarta parte de las mujeres que dirigen familias monoparentales (26%) se encuentra en situación de desempleo. Frente a ellas, un 61,1% tiene trabajo y un 12,9% es inactiva.
El principal motivo por el que están en paro es la pérdida del empleo por EREs, despidos o finalizaciones de contrato. Un 78,1% así lo declara. Por detrás, un 18,8% no trabajaba pero se ha visto obligada a buscar empleo debido a su nueva situación familiar (antes tenía un cónyuge que le apoyaba económicamente y ahora no) y, por último, un 3,1% renunció voluntariamente a su trabajo anterior y está buscando un nuevo empleo pero aún no lo ha encontrado.
En cuanto al tiempo que llevan sin trabajo, es llamativo que un 60,5% está en paro desde hace más de un año, seguido de un 18,5% que lleva de uno a 6 meses sin trabajo; un 12,3% que lleva menos de un mes y, por último, un 8,6% está buscando empleo desde hace 7-12 meses. No son mucho más optimistas cuando se les pregunta por el tiempo que tardarán en encontrar una ocupación: más de una cuarta parte (25,6%) cree que le llevará más de un año y un 59% de 7 a 12 mes. Sólo un 10,3% y un 5,1% cree que tardará de 1 a 6 meses o menos de un mes, respectivamente.
Las mujeres que están en paro tienen una necesidad urgente: ingresos económicos para mantener a su familia y hacer frente a sus pagos. Así, el 95% de las encuestadas declara que ésta es su principal preocupación en la actualidad.
De forma mucho más secundaria, han manifestado otro tipo de inquietudes surgidas a raíz de su situación de desempleo. Un 12% hace referencia a la exclusión social y un 4% alude a las carencias de autoestima y a la depresión.
Además, otras encuestadas han añadido otras preocupaciones como la imposibilidad de ahorrar para afrontar el futuro o el miedo que produce no tener empleo cuando tu formación no es muy elevada.
Dispuestas a hacer las maletas con su familia a cuestas
Cuando el objetivo principal es conseguir ingresos, aspectos como el sector, la cualificación o la cercanía pasan a un segundo plano.
Por ello, no extraña que un 76,6% de las encuestadas en paro esté dispuesta a cambiar de ciudad, o incluso de país, para poder trabajar: un 56,8% sólo a nivel nacional y un 19,8% incluso emigraría. Por último, algo menos de una cuarta parte (23,5%) afirma que no estaría dispuesta a cambiar de lugar de residencia.
En la misma línea, un 95% aceptaría un puesto de cualificación inferior a su formación y perteneciente a un sector diferente al que trabaja con anterioridad.
Ser madre y estar sola, factor de discriminación
Las encuestadas en paro lo tienen claro: ser madre y estar sola es un hándicap para encontrar empleo. Así pues, un 89% declara que se siente continuamente discriminada en los procesos de selección por este motivo.
“En cuanto se enteran de que tienes hijos y no tienes pareja, creen que no te vas a comprometer y que vas a fallar continuamente, cuando la realidad es que necesitas el empleo más que nadie”- comenta una encuestada de 38 años.
Frente a esta gran mayoría, un 11% relativiza la situación y opina que la crisis está castigando a todos los sectores de la población y que las madres solteras no son una excepción.
Así es la mujer trabajadora con responsabilidades familiares
¿Qué hay de las mujeres con responsabilidades familiares no compartidas que sí trabajan? Esta encuesta ha querido conocer su perfil, que ha resultado ser el de una mujer que trabaja como auxiliar administrativa u operaria de limpieza en el sector servicios, a jornada parcial y que lleva más de un año en la empresa.
Puesto, sector, jornada y antigüedad
Del total de mujeres encuestadas con trabajo, un 27% está empleada como auxiliar administrativa y un 22% como teleoperadora, siendo el sector servicios el que tiene un peso mayor, con un 45,5%.
En cuanto al tipo de jornada, se advierte que la parcial es la principal, con un 58%. Sin embargo, se observa que, en muchos casos (33,3%), trabajan a media jornada porque no encuentran un empleo a tiempo completo y no porque sea su voluntad. Dicho de otro modo, trabajan a tiempo parcial como alternativa al desempleo. Frente a ellas, un 25% de las encuestadas trabaja a jornada parcial porque así lo desea, ya que tiene que atender a su familia.