6.320 mujeres se han dado de baja del RETA durante 2010

Un año más se llega al día en el que las mujeres trabajadoras reivindican, con más fuerza si cabe, su condición de tales; y dentro del amplio colectivo del que forman parte, las trabajadoras autónomas deben levantar aún más fuerte la voz: por su especial condición, el mayor problema con el que cuentan es compaginar la actividad profesional con la vida familiar.
 
A pesar de ello, tan sólo el 11’40% del total de bajas del año 2010 registradas en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos han correspondido a mujeres. Por ello, “promocionar el autoempleo y particularmente el de la mujer, entre los desempleados tiene que ser un objetivo prioritario de todas las políticas activas de empleo, tanto de la Administración Central, como de las Comunidades Autónomas, que tienen competencia exclusiva en esta materia”, asegura Karen Gajate, secretaria ejecutiva de Políticas de Igualdad de UPTA España.
 
Desde hace años, el número de mujeres autónomas en España supera el millón y su crecimiento se mantiene. “Más de un millón de mujeres que han decidido poner en marcha una aventura económica, sea por necesidad o por vocación, es un activo que nadie puede despreciar, menos aún una sociedad tan necesitada de iniciativa y de imaginación, como en estos momentos es la de nuestro país”, explica Gajate.
 
Ya el Estatuto del Trabajo Autónomo determina claramente que las políticas de fomento del trabajo autónomo deben tender al logro de la efectividad de la igualdad entre mujeres  y hombres y prestar especial atención a los colectivos de personas desfavorecidas o no suficientemente representadas.
 
“En este contexto al menos dos deben ser las prioridades, de una parte educar para emprender, y de otra ofrecer, a través del apoyo público, la financiación imprescindible que hoy niega el mercado ordinario”, señala la secretaria ejecutiva de Políticas de Igualdad de UPTA España.
 
La mayor parte de las mujeres autónomas no tienen  trabajadores/as a su cargo, y son solo ellas las que desarrollan su actividad profesional. Se hace imprescindible por tanto conocer las medidas de conciliación que desde las distintas administraciones se han puesto en marcha y potenciar nuevas líneas de actuación para que la mujer autónoma pueda equiparase, poco a poco, a la trabajadora por cuenta ajena. Karen Gajate asegura que sin la presencia activa de la mujer en el mundo de la empresa “difícilmente vamos a salir con soluciones cualificadas de la difícil situación económica que ahora sufrimos”.
 

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