15.000 niños nacen al año en España gracias a técnicas de reproducción asistida

Recurso. Mujer embarazada b/n

Los tratamientos de fertilidad han mantenido su demanda a pesar de la crisis. Si bien la situación económica ha frenado la tendencia creciente de años anteriores, el número de sesiones aplicadas a pacientes en este periodo ha permanecido constante, según los casos atendidos en la Unidad de Reproducción Asistida de Sanitas Hospitales.
 
Según la Dra. Enriqueta Garijo, Jefa de Servicio de la Unidad de Reproducción Asistida en el Centro Médico Milenium Sanitas de Alcobendas, “más de 15.000 niños nacen en España gracias a técnicas de reproducción asistida, de los que cerca de 7.000 han sido por fecundación in vitro usando ovocito propio; más de 1.500 con embriones propios descongelados; en torno a 3.200 con donación de ovocitos; cerca de 1.000 con descongelación de ovocitos donados y más de 2.400 a través de técnicas de inseminación”.
 
La crisis ha contribuido a elevar los niveles de estrés, uno de los principales factores que influye negativamente a la hora de tener un hijo, junto con otros hábitos como la mala alimentación o la falta de sueño, frecuentes  en el ritmo  de vida actual. “Estos factores inciden en distintos procesos orgánicos, entre ellos la capacidad fértil. Si a esto se añade el retraso de la edad para concebir, que actualmente tiende hacia los 38 años de media para un primer embarazo, cada vez es mayor el número de personas que tiene problemas de fertilidad”, explica la doctora Garijo.
 
Problemas y tratamientos más habituales
Los problemas más habituales por los que se recurre a estos tratamientos se asocian, en el caso de los hombres, a la baja calidad del esperma. En el caso de las mujeres, las causas más frecuentes son la endometriosis; obstrucción de la trompas de Falopio; síndrome de ovario poliquístico o alteraciones tiroideas. El perfil del paciente suele ser el de una pareja heterosexual de entre 35 o 39 años.
 
Para solucionar estos y otros problemas de fertilidad existen gran variedad de tratamientos personalizados como la inseminación artificial o la fecundación in vitro que puede realizarse mediante dos procedimientos diferentes: fecundación in vitro convencional en la que el óvulo y espermatozoide se unen de forma espontánea en el laboratorio o con microinyección espermática, en la que la fecundación se realiza inyectando un espermatozoide en cada óvulo.
 
 “También es frecuente la aplicación del diagnóstico genético preimplantacional, un método especialmente dirigido al estudio genético de los embriones antes de su implantación en el útero”, explica la Dra. Garijo. 
 
En la Unidad de Reproducción Asistida de Sanitas Hospitales también llevan a cabo técnicas de preservación de fertilidad para pacientes que deseen posponer su maternidad o que, por enfermedades como el cáncer, se vean obligados a retrasar el embarazo, así como todas las cirugías tradicionales o laparoscópicas.
 
“Actualmente más de la mitad de mujeres que se someten a un ciclo de fecundación in vitro consigue la esperada gestación, si bien las tasas de éxito se elevan significativamente en mujeres menores de 30 años. La prevención puede facilitar e incluso evitar el tratamiento. Por eso, es muy importante concienciar a las parejas para que revisen su fertilidad periódicamente y no verse así tardíamente con estos problemas” destaca la Dra. Garijo.
 

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