12 meses de desnudos
Enero, el mes de los bomberos. Febrero, el de las auxiliares de vuelo. Marzo, el de los universitarios. Abril, el de los futbolistas de regional preferente. Mayo, el de los policías municipales. Junio, el de las profes de escuela… y así, hasta diciembre. Y es que ya hoy no hay gremio laboral que no tenga su correspondiente calendario fotográfico ligerito de ropa, calendarios al más puro estilo Full Monty que en estos días marcan inexorablemente la llegada de estas fechas tan… ¿entrañables?, apareciendo como de debajo de la mesa de la mano de hombres y mujeres dispuestos a recaudar fondos para una u otra causa, sea ésta meramente económica, reivindicativa o solidaria.
Igual soy yo, pero… ¿no empieza a cansar ya tanto desnudo reivindicativo? Recuerdo que los primeros calendarios que se hicieron con fines benéficos en los que aparecieron mujeres u hombres con poca ropa, me gustaron. Me parecieron ideas simpáticas, audaces en muchos casos y originales en otros, pero hoy, lejos de su intención inicial, han acabado por convertirse en el punto de mira de todos los sectores. Las asociaciones feministas protestan por el desnudo de ambos sexos; las de consumidores por lo ilícito del método para vender; y los expertos en publicidad y fotografía, por la poca profesionalidad con la que se realizan.
Todos tienen algo que decir cuando lo verdadera lamentable es que la sociedad actual tenga tan pocas ideas que cada vez que necesite dinero para alguna causa tenga que desarmarse de ropa y armarse de cámara en lugar de articular mecanismos más eficaces, más serios y con menos culos al aire.
Isabel García