“Nuestras infancias y adolescencias nos acompañan siempre y llevan la huella dactilar de los adultos que somos hoy”

TANIA GARCÍA. EDURESPETA

Instaurar el respeto hacia los niños en hogares y escuelas es y ha sido desde siempre el propósito de Tania García, asesora familiar, directora y creadora de Edurespeta, la Escuela Internacional para Familias y Profesionales que desean Educar con Respeto.

Escuela Internacional para Familias y Profesionales que desean Educar con Respeto. tan¿Podría concretarnos esta idea?

Es una Escuela en donde ayudo a padres y profesionales que trabajan con niños -no sólo maestras y profesores, sino también pediatras, dentistas, psicólogos…-, a que traten a los niños sin gritos, sin castigos, con sentido común, coherencia y empatía.

¿De qué forma lleva a cabo esta formación?

La formación es una transformación vital. Se trata de trabajar la propia infancia y adolescencia para poder estar preparado para tratar respetuosamente a los hijos y alumnos. El material está pensado para realizarse en tres o cuatro meses aunque el acceso es ilimitado. Está disponible siempre, y, por tanto, dependiendo de la etapa en la que se encuentren los hijos o nosotros mismos, necesitaremos “echar mano” de los materiales más o menos. Es una formación para toda la vida.

¿Qué módulos tienen mayor acogida?

Todos, es un proceso que va integrando desde el primer módulo hasta el último y que no puede realizarse de manera individual. Todo es importante, todo tiene su por qué.

¿Podría hablarnos del coste?

Mi objetivo principal es ayudar y ver cambios reales en las familias y profesionales, por lo tanto, intento también que el precio sea adecuado a todo tipo de personas. Es, por ello, que hay tres versiones -sin sesiones individuales conmigo, con sesiones y con seguimiento exhaustivo durante un año- y el precio varía en función de la opción que se escoja.

¿Y con respecto a la Escuela 2.0? ¿Qué puede decirnos?

La Escuela es una maravilla -ríe-. Es una comunidad online en donde se reúnen familias y profesionales que necesitan aprender nuevas herramientas, pero, además, que necesitan el calor y la compañía de personas que piensan igual. Hay un curso cada mes, retos, regalos, seguimiento, tribu…

Se inició pasado 15 de junio, ¿qué acogida ha tenido?

¡Muy buena! Ha sido espectacular el recibimiento de este nuevo proyecto y lo mejor: resultados reales en las personas que están dentro.

Ya lleva tres años con la escuela online, ¿podría de la evolución de su acogida?

Desde el primer momento tuvo una acogida excepcional. Después de tres años sólo puedo estar agradecida a las personas que confían en mí, a Edurespeta y a mí misma, por luchar desde pequeña por un mundo mejor y poner mi granito de arena en hacerlo posible.

¿Qué puede decirnos del perfil de los padres y profesionales que acuden a Edurespeta?

Los padres y profesionales que trabajan conmigo son personas que quieren tratar a los niños como les gusta ser tratados a ellos en su vida. Sienten que ya ha llegado el momento de dejar los malestares continuos con los niños, el querer modificarlos pensando sólo en la necesidad adulta…, buscan un cambio de vida radical y en Edurespeta lo encuentran.

¿Podría hablarnos de la formación presencial?

A nivel presencial hago ponencias y colaboraciones para otras entidades que lo solicitan, además de talleres monográficos. Todo el trabajo online sería imposible realizarlo presencial ya que supone un contacto continuo, consulta de los materiales, lecturas…

¿Qué opina de la educación actual de los padres? ¿Cómo se relacionan habitualmente con sus hijos?

Por desgracia, vivimos en una sociedad patriarcal, adultocentrista y conductista. Resumidamente, los adultos siguen queriendo modificar a los niños, que hagan en todo momento lo que el adulto cree que debe hacer. No se piensa nunca en las necesidades reales de los niños, ni se tienen en cuenta sus emociones. Se sigue perpetuando el que los niños coman y callen y se adapten a un mundo adulto, en vez de que este mundo adulto se adapte a los niños. Ellos son los que mueven el mundo y el futuro de la humanidad ¿cuándo vamos a mirar por ellos?

¿Cuáles son los principales problemas de la relación entre padres e hijos?

Los gritos, los castigos y las rutinas, además de la falta de comunicación positiva, de tiempo, de disfrute, de conexión, de empatía, de coherencia, de ejemplo…

¿De qué forma cambian su pauta al pasar por Edurespeta?

De una forma casi mágica, pero para saberlo… ¡hay que pasar por la formación!

Por otra parte, ¿qué debemos de tener en cuenta a la hora de resolver un conflicto con los más pequeños?

Siempre tenemos que ser conscientes de nuestras emociones. La rabia, la ira y la impotencia que nos invade a veces con los hijos son fruto del adultocentrismo, del querer que los hijos hagan y digan lo que queremos cuando queremos. Debemos cambiar esta realidad comprendiendo que son personas independientes, con otras necesidades, con otra manera de sentir sus emociones, personas que nos necesitan por encima de todo y de todos, que les debemos amor incondicional y respeto siempre,  y que cuando cometamos errores porque somos humanos, sepamos solventarlos y aprender de ellos.

¿Cuáles cree que son las principales necesidades de un niño en la actualidad?

Amor incondicional, respeto, empatía, tolerancia, respeto, acompañamiento emocional, ejemplo, coherencia, conexión, apoyo, libertad…

¿De qué forma la educación en los más pequeños les influye a lo largo de su futuro?

La forma en que nos educan, el amor que nos dan, el apoyo y el respeto… nos influye para el resto de nuestra vida. Así como nos educan, somos. Nuestras infancias y adolescencias nos acompañan siempre y llevan la huella dactilar de los adultos que somos hoy.

Finalmente, ¿qué opina del emprendimiento?

Es la forma más adecuada para ser feliz en general. Creo que no hay nada equiparable laboralmente a trabajar para uno mismo. Y por supuesto, la conciliación es posible.

Sobre Tania García

Desde muy pequeña, Tania Garcia ha pensado que desde dentro se podía cambiar el mundo y, por ello, siempre se ha dedicado a la educación. A los 14 años decidió empezar como voluntaria en una escuela porque “veía injusticias en el colegio y en el trato familiar”. A los 17 años realizó un programa para que las monitoras del comedor donde trabajaba dejaran de gritar, ya que la hora de la comida era un auténtico calvario para los niños. Estudió varias veces en la universidad, masters, especializaciones… pero subraya que en ninguna carrera educativa  enseñan a respetar a los niños ni a empatizar con ellos. “Se sigue perpetuando un sistema en el que los niños deben adaptarse al mundo adulto y son tratados como ‘los últimos de la fila’, con premios y castigos, con modificaciones de su conducta, etc”, indica.

García siempre trabajó para otros en el mundo educativo hasta que la maternidad y un desengaño laboral le llevaron hace seis años a abrir su propio centro destinado a realizar aquello que no encontró en ningún sitio: instaurar el respeto hacia los niños en hogares y escuelas. Y después, en 2014, lo hizo a nivel online con Edurespeta.

María Cano Rico

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