Balance del emprendimiento femenino

De los más de 46,5 millones de habitantes censados en España, más de la mitad, 23,7 millones, son mujeres. Sin embargo, las cifras de tasa de actividad del Instituto Nacional de Estadística (INE) del segundo semestre de este año reflejan que si en los hombres el porcentaje alcanza casi el 65% en las mujeres se queda en un 53%. La tasa de paro afecta más a las mujeres, alcanzando un 19% frente al 16% en los hombres. Y, entre las que trabajan, también es más elevado el número de contratos reducidos y con peores condiciones salariales.

Han pasado muchos años desde que Simone de Beauvoir proclamara: “mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separaba del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad concreta”.

En un mercado laboral cada vez más complicado y en el que se aventura un cambio en la relación entre empleados y empresas, muchas personas toman la decisión de emprender y trabajar por su cuenta. Y aquí existe una notable diferencia en los datos por género: tan solo el 35% de los autónomos españoles son mujeres según el estudio sobreEmpresarios Individuales’ realizado por INFORMA D&B, porcentaje similar al del año pasado y que sube muy ligeramente respecto al 34,5% registrado en 2015.

Las comunidades españolas donde las empresarias autónomas tienen una mayor presencia son Asturias y Galicia, donde ascienden al 39%, y Valencia, que se queda en un 37%. En el extremo contrario encontramos a Melilla, donde las mujeres solo suponen el 27% de los autónomos, Canarias, con un 31%, y Madrid, con el 32%.

 Si tenemos en cuenta los números absolutos, Andalucía es la comunidad con más mujeres autónomas, 97.853. Tras ella Cataluña, con 90.608, y Valencia, con 67.504. Esto es algo lógico ya que son las autonomías que tienen las cifras globales de empresarios por su cuenta más elevadas.

En algunos sectores, sin embargo, la presencia de las mujeres autónomas es mayoritaria, como sanidad, donde alcanzan el 71%. También se supera el 50% en otros servicios, con un 64%, y educación, con el 54%. Al contrario, la presencia masculina es muy superior en transportes e industrias extractivas, con solo un 8% de mujeres en cada uno, y agricultura, donde se queda en un 14%. En el resto de sectores, las empresarias individuales oscilan entre el 20% y el 45%.

También tienen una notable cuota de empresarias algunas ramas de actividad, como la industria textil, 58%, o los servicios de alojamiento, 52%. Las actividades que menos atraen a las mujeres autónomas son construcción, 3% (aunque en actividades inmobiliarias, donde se alcanza un 47%) y venta y reparación de vehículos de motor, con un 6%.

En cifras globales, el subsector que cuenta con más empresarias individuales es comercio al por menor, 182.650. A continuación se sitúa actividades inmobiliarias, con 131.267 autónomas y en industrias extractivas se contabilizan únicamente 117 empresarias individuales.

El escaso avance de los últimos años nos hace pensar que en un futuro próximo el nivel de empresarias autónomas pueda equiparar al menos su representación en el conjunto de la población activa, que era del 47% en el segundo trimestre del 2017, según el INE.

María Asarta

Responsable de Prensa y Contenidos

INFORMA D&B

 

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