Cinco retos pendientes en 2021 para incorporar a las mujeres a las carreras STEM

La Fundación ASTI aborda los propósitos en los que instituciones públicas y privadas tienen que actuar para acabar con la brecha de género en los estudios científico-tecnológicos  

La ausencia de vocaciones femeninas en las denominadas carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) sigue siendo hoy una asignatura pendiente. Diversos estudios, como el de la Unesco “Descifrar el código: la Educación de las niñas y las mujeres en STEM”, confirman esa falta de interés por los estudios científico-tecnológicos por parte de las jóvenes al señalar que solo el 35% de los estudiantes matriculados en estas disciplinas en el mundo son mujeres. En España, el porcentaje se sitúa en el 12%, según el informe “Empleo IT y Mujer: 10 profesiones con futuro”, elaborado por Infoempleo y la Universidad Internacional de La Rioja en 2020.

También numerosas investigaciones muestran que las principales razones que explican esta realidad tienen que ver, por una parte, con el contexto familiar y, más en concreto, con los estereotipos de género que se adquieren desde temprana edad. Y, por otra parte, con la falta de orientación académica y profesional efectiva. Es por ello que desde la Fundación ASTI, promotora del programa STEM Talent Girl, con el que pretende impulsar el desarrollo de vocaciones STEM entre las niñas y jóvenes, se insta a los agentes implicados, entre ellos, las instituciones públicas y la comunidad docente, así como a empresas y organizaciones privadas a trabajar en los que entiende como los cinco principales retos pendientes para incorporar a las mujeres a los estudios científico-tecnológicos. Esos desafíos son los siguientes:

Orientadores con perspectiva de género. Dado que los orientadores son la principal fuente de inspiración para los jóvenes, es importante incorporar la perspectiva de género en la formación inicial tanto entre los profesionales de la orientación académica y profesional como entre los profesores.

Conocimiento de las salidas profesionales STEM. Los orientadores académicos deben ser “asesores de carrera”, que tengan un amplio y exhaustivo conocimiento de las oportunidades profesionales que brindan los estudios STEM a las jóvenes. Es necesario formar a los orientadores en presentar de manera atractiva, con mensajes motivadores, las salidas laborales de las carreras científico-tecnológicas. Pero, además, estos orientadores han de recibir la formación necesaria sobre los perfiles profesionales que se están demandando en el mercado de trabajo y que están relacionados con estas disciplinas.

Acompañamiento y orientación desde Primaria. La orientación académica se ha de introducir ya en Primaria, con el objetivo de evitar que las alumnas se vean influenciadas por los sesgos de género que se imponen en la sociedad desde edades tempranas. Incorporar la orientación en los estudios de Primaria va a permitir acompañar y guiar a las niñas a descubrir las carreras STEM y sus profesiones antes de que impacten en ellas los estereotipos de género y otros de diversa índole.

Acabar con los condicionamientos relacionados con competencias intelectuales. Bien es sabido que otro de los factores que frenan a las chicas a decantarse por estudios STEM es que desde edades tempranas piensan que las asignaturas vinculadas a estas áreas son muy complicadas y tienden a creer que van a fracasar, que no cuentan con las competencias o habilidades necesarias. Para desterrar estas percepciones, la mejor vía es aportarles ejemplos, referentes en el ámbito científico-tecnológico, empezando con la presencia de profesorado femenino en materias STEM.

Aportar cómo los ámbitos STEM mejoran la vida de las personas. Es un desafío muy importante mostrar cómo estas disciplinas impactan positivamente en diferentes ámbitos de nuestra vida, de la sociedad, mejorando su bienestar. ¿Cómo se puede trabajar este punto? En primer lugar, visibilizando las múltiples aplicaciones de los campos STEM (cómo la tecnología nos ha ayudado a afrontar mejor la pandemia que vivimos, por ejemplo). En segundo lugar, puede resultar muy interesante promover el contacto de las niñas con estudiantes de últimos cursos de carreras STEM para animarlas a seguir su camino. Finalmente, se han de fomentar actividades fuera de la escuela que, como las que se plantean en el programa STEM Talent Girl, vayan orientadas a poner en valor experiencias laborales específicas, visitas a centros de investigación donde haya presencia femenina o interacción con profesionales de estas áreas, que puedan guiarlas y actuar de mentoras.

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