«Las barreras de entrada de este sector son muy pocas y hay mucha competencia. Hay que estar muy encima»

MARÍA GONZÁLEZ. SAT IDIOMAS

Una persona muy activa, a la que le gustan y motivan los cambios. Así es María González, la directora comercial y financiera de SAT Idiomas. “No somos una academia, sino que vamos más allá, somos una consultora de idiomas”. De hecho, su trabajo comienza con un análisis de necesidades. “A partir de ahí y en función del tiempo que disponga el alumno, creamos su programa a través de nuestros sistemas de seguimiento periódicos y con la calidad de nuestros formadores, prácticamente siempre conseguimos el objetivo en el tiempo marcado”, afirma.

Flexibilidad, adaptabilidad y dinamismo

En esta línea, indica que la filosofía de SAT Idiomas siempre ha sido adaptarse al cliente y lo consiguen gracias su flexibilidad, adaptabilidad y dinamismo en las clases. “Estamos en contacto continuo con nuestros clientes”, concreta.

Respecto a su trayectoria, González admite que desde que tiene uso de razón recuerda que quería ser como su padre. “Pensé que estudiaría Económicas como él y, aunque más adelante me decidí por Administración y Dirección de empresas, siempre tuve claro que el entorno empresa era lo que me gustaba”, revela.

Así, desde que comenzó a trabajar estuvo en el departamento financiero (tesorería, control de gestión…) y creía que dentro de la empresa era lo que más le gustaba, pero cuando llegó a SAT Idiomas y asumió la dirección general tuvo que gestionar y tocar todos los departamentos. En ese momento, comenta que se dio cuenta de que le gustaba mucho la parte comercial, a la que dedica prácticamente el 70 % de su tiempo. Por su parte, la parte financiera de la empresa indica que no es muy complicada. “Hay que llevar un control de costes y presupuestos, pero básicamente siempre es lo mismo. Lo más importante es la parte comercial. Nuestro activo son nuestros clientes, que son empresas. Estamos en contacto continuamente. Las barreras de entrada de este sector son muy pocas y hay mucha competencia. Hay que estar muy encima. Además, hay que estar continuamente consiguiendo nuevos clientes. Todos los meses tengo reuniones con clientes potenciales para que nos tengan en cuenta para lo que pueda surgir”, añade.

Decisiones en conjunto

González asegura estar encantada en la compañía, tanto con su trabajo como con todo el equipo. “Quienes trabajan en SAT son personas que quieren a la empresa, se les ve contentas con lo que hacen y tenemos una relación estrecha. Solemos tomar decisiones en conjunto”. Además, en SAT, ha tenido la oportunidad de hacer muchas cosas: cambiar la imagen, crear nuevos cursos. “Me he formado en muchos aspectos y he aprendido mucho de mi equipo. Y lo mejor, es que puedo seguir haciéndolo. Además, el hecho de tener que salir para conocer clientes o vender la empresa se me hace muy divertido, rompo la rutina de la oficina y me permite conocer mejor el mercado”, revela.

Al preguntarle por sus próximos objetivos, González responde que el grueso de su facturación siempre han sido clases de idiomas a empresas, así que su objetivo a corto plazo es el particular. “Queremos abrirnos a ellos. Tenemos instalaciones adecuadas para ello y profesores que estarían encantados”, asegura.

Objetivo: Cobertura nacional

Y, a largo plazo, les gustaría ser un referente en el mercado y no solo tener oficinas en Madrid, sino ampliarlas por toda la geografía española. “Damos cobertura nacional, a través de colaboradores, pero vamos a intentar que sean los formadores de SAT Idiomas los que impartan las clases en cualquier lugar, con nuestra metodología y nuestra filosofía”, agrega.

Y para desconectar del trabajo, González comenta que lo que más le gusta hacer en su tiempo libre, además de hacer planes con mis hijos, es estar con amigos. “Ir al cine, o pasar unos días en mi pueblo de siempre, Luarca. Pero si tuviera tiempo de verdad, me lo pasaría viajando, que es mi gran hobby”, confiesa.

María Cano Rico

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